Las mascotas son mucho más que seres adorables que alegran el hogar. Su presencia tiene un impacto directo en nuestra salud mental y emocional, brindando compañía, afecto y una sensación de propósito que contribuye al bienestar integral.
Compartir tiempo con un perro, un gato o incluso con animales más pequeños genera efectos positivos comprobados: reduce los niveles de estrés y ansiedad, favorece la producción de serotonina y dopamina (hormonas relacionadas con la felicidad) y ayuda a combatir la soledad. Basta con acariciar a una mascota o jugar con ella para experimentar calma y alegría.
Las mascotas también fomentan la rutina y la responsabilidad. Alimentarlas, sacarlas a pasear o dedicarles tiempo fortalece la disciplina y ofrece un sentido de compañía incondicional, lo que se traduce en mayor estabilidad emocional. Además, son un puente para la interacción social: quienes tienen mascotas suelen crear vínculos con otras personas en parques, paseos o comunidades, lo que amplía la red de apoyo y disminuye el aislamiento.
En FEPEP creemos que cuidar la salud mental es tan importante como cuidar la salud física. Por eso, promovemos espacios y convenios que facilitan el acceso a servicios de apoyo emocional y bienestar. Sabemos que las mascotas son aliadas poderosas en este camino y celebramos su papel en la construcción de una vida más plena para nuestros asociados y sus familias.
Al final, una mascota no solo se convierte en parte de la familia: también es un recordatorio diario de amor incondicional y de la importancia de cuidar nuestra mente y nuestro corazón.
Fuente: FEPEP
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