Las mascotas han pasado de ser simples compañeros a convertirse en parte esencial de muchas familias. Su presencia no solo brinda alegría y compañía, sino que también tiene un impacto profundo en el desarrollo físico, emocional y social de los niños.
Diversos estudios han demostrado que crecer con una mascota favorece la empatía, la responsabilidad y la capacidad de establecer vínculos afectivos. Un niño que aprende a cuidar de un perro, un gato o incluso de un pez, desarrolla mayor sensibilidad frente a las necesidades de los demás y fortalece valores como la solidaridad y el respeto.
En el aspecto emocional, las mascotas son un apoyo invaluable. Pueden ayudar a disminuir la sensación de soledad, reducir el estrés y aportar seguridad en momentos de cambio. Además, promueven la actividad física: salir a caminar con un perro o jugar en casa con un gato incentiva hábitos saludables desde temprana edad.
En FEPEP creemos en el bienestar integral de las familias, y sabemos que el desarrollo de los niños es un pilar fundamental. Por eso, promovemos iniciativas y alianzas que permitan a nuestros asociados acceder a beneficios pensados para la vida familiar, donde la presencia de las mascotas también cuenta como parte de ese equilibrio entre cuerpo, mente y corazón.
Cuidar a una mascota es, en definitiva, una forma de enseñar a los más pequeños a cuidar la vida en todas sus formas. Y en FEPEP celebramos ese aprendizaje que fortalece hogares más humanos, solidarios y felices.
Fuente: FEPEP
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jueves, octubre 09, 2025
Familia 1